La permacultura como modelo de desarrollo sostenible.

Es evidente las problemáticas ambientales y sociales que enfrenta la humanidad desde hace ya varias décadas, y a raíz de esto han aparecido diferentes propuestas alternativas para el desarrollo humano sostenible. Dentro de estas opciones ecológicas se encuentra la permacultura, también conocida como agricultura o cultura permanentes.

La permacultura es un sistema de diseño propuesto a finales de los años 70 por Bill Mollison y David Holmgrem, dos ecologistas australianos, quienes preocupados por el creciente deterioro de los ecosistemas causado por las malas prácticas agrícolas, decidieron plantear una nueva forma para crear sistemas agrícolas estables y amigables con el medio ambiente. Tras su primera divulgación en el libro Permaculture One, la permacultura fue ganando seguidores hasta convertirse hoy en día en uno de los principales modelos alternativos para el desarrollo de sistemas productivos y asentamientos humanos sustentables.

Se puede decir que la permacultura es toda una filosofía de vida sostenible, ya que busca crear, cultivar y producir espacios verdes que sirvan de sostén para toda la humanidad, tanto para el bienestar de las generaciones actuales como para las generaciones futuras.

Así como lo plantea Bill Mollison & Mia (2015) ‘‘La permacultura es un sistema por el cual podemos existir en la tierra… de una manera tal que no destruimos continuamente la vida en la tierra”.

La permacultura se ha demostrado como una opción eficaz para una agricultura sostenible y respetuosa con el entorno. Esta se basa en observar la naturaleza e imitar el funcionamiento de los ecosistemas. Su objetivo es cubrir las necesidades del presente sin poner en peligro el futuro.

Además, la permacultura se basa en tres grandes principios éticos:

1. Cuidar de la tierra, teniendo en cuenta todas las especies, más allá de su valor para las personas.

2. Cuidar de las personas, respetando sus derechos, con ayuda mutua y considerando también los valores no materiales.

3. Repartición justa entre las personas y las especies, con límites al consumo y devolviendo a los ecosistemas los excedentes y residuos para regenerar la tierra.

Los asentamientos humanos en donde se practican los principios de la permacultura se extienden alrededor de todo el mundo. Estos lugares se caracterizan por estar construidos con materias primas naturales y locales, integran los sistemas agrícolas vegetales con los animales, de tal manera que los desechos animales pueden ser usados como nutrientes para las plantas, quienes después servirán de alimento para los animales.

La humanidad puede contribuir favorablemente con los objetivos y principios de la permacultura y también en el desarrollo sostenible, ya que con la producción de huertos, la vegetación, siembra de árboles frutales y la producción agrícola en general, las familias pueden satisfacer sus necesidades y de esta forma dar al medio ambiente una parte de lo que le quitamos.

La práctica de la permacultura resulta una opción muy atractiva ya que a través de ella se puede tener una vida más sencilla y con más calidad. Cualquier persona sin importar género, raza, religión o educación puede llevar a cabo sistemas de permacultura. Además, los costos son bajos y se puede practicar en cualquier extensión de tierra. La permacultura ofrece así un estilo de vida con más satisfacción y autonomía.

Se relaciona la permacultura con los ODS, por ser esta la última respuesta que se ha dado desde el modelo de Desarrollo Sostenible, para aunar esfuerzos en la solución de la crisis ecológica y global. Comprobando así que los principios de la permacultura hacen de este sistema holístico de diseño, una herramienta valiosa para el desarrollo sostenible y el logro de los ODS. Con esta relación se afirma que la permacultura es una herramienta para el desarrollo sostenible capaz de preservar la vida, a la vez que permite el desarrollo económico y social humano. Esta afirmación es fundamental, puesto que comprueba el cumplimiento por parte de la permacultura de los tres pilares estructurales del modelo de Desarrollo Sostenible. Cabe recordar que estos pilares son: la sostenibilidad medioambiental, la sostenibilidad social y la sostenibilidad económica.

Para finalizar cabe destacar que la permacultura es una propuesta de ética ecológica, la cual nos hace un llamado a reflexiona sobre nuestra forma de actuar, de vivir, y nos propone diversas maneras de obrar: cuidar la naturaleza, preservar la vida, hacer hincapié en el cuidado de los otros y de lo otro; en la medida en que hagamos usos racionales hoy guardamos para el mañana. La permacultura nos muestra otras opciones que podemos emprender como acciones que nos orienten a la construcción de una ética ecológica que propugna por el cuidado de la naturaleza.

De alguna manera, la permacultura nos transmite cierta inquietud en la medida que nos muestra otras perspectivas del que hacer cotidiano en nuestra constante relación con la tierra, en un momento que pareciera determinante para la humanidad, porque otras tendencias nos insisten en la deliberación sobre la manera como vivimos actualmente, sin pensar en las consecuencias a futuro. Entonces ahí es el objetivo de la permacultura hacer para el presente, pero también para el futuro.

 Referencias Bibliográficas:

1.    Mollison, Bill y Mia, Reny (2015). Introducción a la permacultura. Recuperado de: http://ecocosas.com/wp-ontent/uploads/Biblioteca/perma/Introduccion_a_la_PermaculturaBill_Mollison.pdf.

2.    https://www.worldpackers.com/es/articles/permacultura-que-es

3.    https://www.permacultura-es.org/images/stories/downloads/permacultura%20en%20las%20escuelas.pdf

4.   https://repository.unad.edu.co/bitstream/handle/10596/34237/afrestrepov.pdf?sequence=1&isAllowed=y